Tipos de baterías para los sistemas start-stop

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    En los coches con sistema start-stop, la batería está sometida a mayores exigencias. Uno de los motivos es la gran demanda de energía. Además, existe una gran cantidad de consumidores eléctricos, como los asientos calefactados, el sistema de aire acondicionado y las funciones de seguridad, que tienen que alimentarse de forma fiable incluso mientras se espera en un semáforo con el motor parado. Las únicas baterías capaces de superar los retos que plantean los sistemas start-stop automáticos son las baterías EFB y las baterías AGM.

     

    Baterías EFB: para coches compactos y de gama media con start-stop

    Las baterías EFB son adecuadas para suministrar energía a vehículos:

    • con sistemas start-stop simples;
    • sin start-stop con requisitos de conducción exigentes (por ejemplo, tráfico urbano);
    • con gran equipamiento pero sin sistema start-stop.

    El diseño de las baterías EFB es el resultado del desarrollo de las baterías de plomo-ácido convencionales. Un material de polifibra adherido a la superficie de la placa positiva ayuda a estabilizar el material activo de las placas y prolongar la vida de la batería. Los separadores de las celdas de las baterías EFB presentan una baja resistencia y optimizan el proceso de carga. Las baterías EFB tienen una buena resistencia a los ciclos y capacidad de carga. Según el ensayo EN, pueden resistir el doble de ciclos de carga que las baterías de arranque convencionales.

     

    Baterías AGM: para coches de gama media-alta, vehículos deportivos utilitarios y coches de gama alta

    Las baterías AGM son idóneas para vehículos con sistema start-stop con recuperación de la energía de frenado o para coches con equipamiento de alta gama y accesorios avanzados, ya que las baterías de arranque convencionales no son capaces de responder a las grandes demandas de energía de estos sistemas.

    En un batería AGM (AGM significa absorbent glass mat), el electrolito está retenido en una fibra de vidrio absorbente. Esto hace que la batería no requiera mantenimiento y sea a prueba de fugas. El ácido de la batería no se sale ni siquiera si el monobloque se rompe. Las AGM también presentan unas excelentes características de arranque en frío. Encienden el motor de arranque con mucha potencia y reducen su tiempo de funcionamiento. Gracias a la resistencia a los ciclos de la batería, un motor caliente se puede apagar y encender varias veces a intervalos breves sin que haya riesgo de problemas de reencendido. En relación con la vida útil, las baterías AGM también aportan ventajas respecto a las baterías de arranque, dado que resisten tres veces más ciclos de carga* que una batería de arranque convencional.

     

    Recuperación con baterías AGM

    Cada vez que se frena se desperdicia energía. Con la recuperación de la energía de frenado, la energía resultante de frenar no se pierde completamente. En función de las condiciones de conducción, parte de esta energía recuperada del proceso de frenado alimenta a la batería del vehículo. Para ello, es imprescindible que la batería sea apta para la recuperación: las baterías AGM ofrecen esta tecnología.

    Una batería húmeda convencional (SLI) solo enciende el motor una vez por trayecto. La carga óptima (100 %) de una SLI solo se reduce una vez al arrancar, y después es recargada por el alternador durante el desplazamiento (véase el diagrama de la izquierda).
    Con un sistema start-stop automático, la batería tiene que encender el motor varias veces durante el trayecto. Así, el nivel de carga de la batería baja varias veces, pero hay que continuar suministrando electricidad a los consumidores eléctricos durante el periodo de inactividad. Esto supone una enorme sobrecarga para la batería. Durante la conducción, la batería se recarga exactamente igual que una batería de arranque convencional. Sin embargo, debido a la recuperación de la energía de frenado, debe disponerse de capacidad de carga adicional para poder alimentar la energía recuperada. Por lo tanto, las baterías AGM funcionan dentro del rango de carga parcial y solo alcanzan una carga del 100 % durante la recuperación (imagen de la derecha). En la etapa de parada siguiente, la carga disminuye debido al suministro de energía a los consumidores eléctricos, de modo que vuelve a haber «espacio» disponible para acumular la energía generada durante la siguiente etapa de frenado.

    Por ello, las baterías para sistemas start-stop pasan por diversos estados de carga dentro de un periodo de tiempo breve. La descarga al arrancar el motor y la carga mediante el alternador y la recuperación conllevan esfuerzos mucho mayores que, a la larga, solo pueden ser resistidos por una batería AGM.

    Las baterías AGM combinadas con el sistema de gestión de la energía del vehículo aseguran un suministro fiable y continuo de energía a los consumidores eléctricos, además de una eficiencia óptima.

     

    *Norma de ensayo EN 50342-1 y, para EFB y AGM, también EN 50342-6