¿Por qué necesito una batería especial para el sistema start-stop automático?
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Cada proceso de arranque está asociado a una gran cantidad de energía de la batería del coche. Esta debe estar en muy buen estado para poder suministrar de forma fiable una elevada corriente de arranque. En particular, en el caso de los vehículos modernos con sistemas start-stop automáticos, el motor se apaga varias veces durante el desplazamiento. En estas etapas, la batería continúa suministrando energía a todos los consumidores eléctricos. Una batería de arranque convencional (SLI) no está diseñada para este rendimiento de carga (es decir, el proceso de descarga y carga continuas).
Solo una batería con tecnología start-stop es capaz de lidiar con estas demandas y resistir el esfuerzo.
El alternador carga la batería del motor de arranque durante la conducción
En un coche no está equipado con sistema start-stop automático, el proceso de arranque suele ser un suceso único. Durante la conducción, el alternador alimenta los consumidores eléctricos, como el sistema de entretenimiento y el dispositivo de navegación, por lo que, si el alternador está funcionando, la batería del motor de arranque no se descarga en absoluto durante el trayecto.
La batería start-stop soporta una doble carga
No ocurre lo mismo en los coches con tecnología start-stop. Durante un desplazamiento por la ciudad, la batería está sometida a varios periodos de arranque y parada. Si el coche está parado en un semáforo con el motor detenido, consumidores eléctricos como las luces, el limpiaparabrisas, la radio o las pantallas siguen necesitando electricidad. La carga aumenta por la descarga y carga continuas.
Los trayectos cortos son los que plantean un mayor reto a la batería. Con baterías antiguas y en invierno sobre todo, la aceptación de la carga disminuye, por lo que no siempre está asegurada una recarga suficiente de la batería en los trayectos cortos. Esto puede provocar la descarga gradual de la batería, de modo que llega un momento en que esta ya no tiene energía suficiente para encender el motor. Dada su tecnología especial, la resistencia interna de las baterías AGM se mantiene muy por debajo de la de las baterías convencionales a lo largo de su vida útil, de forma que se asegura una aceptación de la carga suficiente durante un tiempo largo, y las baterías AGM pueden afrontar mejor los desplazamientos cortos con numerosas etapas de arranque y parada.
Tres ventajas de las baterías AGM
Excelentes características de arranque en frío
Las baterías AGM ofrecen una gran corriente de arranque en frío. Encienden el motor de arranque con mucha potencia y reducen su tiempo de funcionamiento. Gracias a la resistencia a los ciclos de las baterías AGM, el motor se puede apagar y encender varias veces a intervalos breves sin que haya riesgo de problemas de reencendido.
Estado de carga equilibrado
En los vehículos modernos, la batería AGM no es cargada por el alternador únicamente, sino que también es alimentada por el sistema de recuperación de la energía de frenado. Las baterías de arranque normales deben mantenerse completamente cargadas, así que no absorben la energía que se genera mediante recuperación. Las baterías AGM pueden utilizarse en el rango de carga parcial y, por ello, proporcionan una capacidad «extra» suficiente para acumular la energía que se genera al frenar.
Alta capacidad de reserva
La alta capacidad de reserva garantiza el suministro de electricidad a todo tipo de componentes eléctricos. La resistencia a los ciclos de la tecnología AGM asegura el suministro de energía a los componentes, a la vez que brinda una elevada potencia de arranque. Esto es así aun cuando la batería no esté completamente cargada debido a que, por ejemplo, está alimentando asistentes electrónicos y consumidores de confort durante una parada o porque el alternador se ha desacoplado temporalmente para disminuir la carga que soporta el motor.
Curiosidades sobre la tecnología start-stop
Los sistemas start-stop requieren una batería con tecnología moderna porque las baterías de arranque normales no están diseñadas para responder a las altas demandas de estos vehículos.
La arquitectura del sistema eléctrico de los vehículos actuales necesita una tecnología de baterías compatible para funcionar de forma adecuada y fiable. Por este motivo, en muchos vehículos las baterías nuevas tienen que «registrarse», es decir, el sistema de gestión de la batería debe saber qué tipo de batería se ha instalado en el vehículo para aprovechar al máximo su potencial. Si se instala una batería incorrecta en el vehículo o si esta no se registra correctamente, la consecuencia puede ser un deterioro prematuro de la batería y una nueva avería del vehículo.
De ahí que solo sea recomendable instalar baterías EFB o AGM en vehículos con sistemas start-stop automáticos. Si el vehículo ya tiene instalada una batería AGM, esta siempre debe cambiarse por otra batería AGM.