¿Por qué no arranca el coche? ¿Es por la batería?

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    Asegúrese de que su coche arrancará siempre: cómo prevenir la descarga de la batería

    Todo conductor le teme a esto: cuando gira la llave de contacto o pulsa el botón de arranque y solo oye un sonido quejumbroso y fatigado. Tras unos cuantos intentos, el motor de arranque acaba por rendirse. Estos problemas de arranque suelen deberse a que la batería tiene un nivel de carga bajo. Los sistemas start-stop automáticos, el aire acondicionado, la calefacción de los asientos, sistemas de entretenimiento modernos y otros consumidores eléctricos sobrecargan la batería. Así pues, es fundamental utilizar una batería potente para satisfacer las mayores demandas de los vehículos actuales.

    Nuestra revisión rápida: causas más habituales de una batería muerta

    1. Los «devoradores de energía»

    Los elementos calefactores del volante y los asientos del conductor y los pasajeros, así como los desempañadores del parabrisas y la luna trasera, son auténticos «devoradores de energía» que suponen una pesada carga para la batería. La batería desempeña un papel esencial en el sistema del vehículo, sobre todo en los vehículos modernos con función start-stop. Esta asegura que cuando se apaga el motor, por ejemplo, en un semáforo, continúen funcionando no solo la radio y el aire acondicionado. En algunos casos también suministra al mismo tiempo la energía necesaria a hasta 150 consumidores eléctricos diferentes. Y todavía le queda potencia para volver a arrancar el vehículo cuando el semáforo se pone en verde. Las baterías de coche actuales son auténticos paquetes de potencia, pero aun así es necesario revisarlas a intervalos regulares. Aunque las baterías modernas no requieren mantenimiento, sí hay que revisar con frecuencia su estado de carga y estado de salud con el fin de detectar fallos inminentes antes de que causen una avería del coche.

    1. Los consumidores silenciosos

    Los consumidores silenciosos son los componentes eléctricos del vehículo que hacen que la batería se descargue incluso con el vehículo apagado. Consumidores como los sistemas de alarma, relojes o sistemas de entrada pasiva permanecen en modo de suspensión, también con el vehículo apagado, por lo que provocan la descarga continua de la batería. Aunque el consumo de electricidad es pequeño, este afecta al estado de carga de la batería por ser continuo. Tras largos periodos detenido, como durante unas largas vacaciones, es posible que el coche no arranque porque tiene la batería descargada.

    1. Las temperaturas extremas

    El clima también afecta al estado de carga de las baterías de coche. Tanto el calor como el frío ponen a prueba la batería. Los problemas de arranque son más habituales en estas condiciones, sobre todo a temperaturas bajo cero. Esto se debe a que, con temperaturas bajas, las reacciones electroquímicas de la batería se producen a un ritmo más lento. Los electrodos se mueven lentamente, lo que reduce la potencia de arranque de la batería. A temperaturas bajas, el arranque también se ve dificultado por la densidad del aceite del motor, puesto que este se vuelve muy viscoso a temperaturas inferiores a 0 °C. El motor de arranque necesita una corriente de arranque más elevada para superar esta resistencia. Además, el esfuerzo aumenta debido a consumidores muy demandantes, como los calefactores y los ventiladores. Las bajas temperaturas no afectan únicamente a la potencia de arranque. La recarga de la batería es más lenta a causa del frío, por lo que la batería necesita más tiempo para cargarse completamente. Por otra parte, la potencia máxima generada por el alternador se ve limitada. Si hay un gran número de consumidores activados, queda poca energía para cargar la batería.

    Los días calurosos también pueden provocar problemas de arranque. Una temperatura exterior de más de 20 °C acelera los procesos químicos que tienen lugar en la batería, favoreciendo la autodescarga o la corrosión.

    Ya hablemos de temperaturas invernales o estivales, un trayecto con numerosos arranques y paradas o paradas intermitentes, por ejemplo, en autopista, también contribuye a sobrecargar la batería.

    Por cierto…
    A pesar de que se puede prolongar la vida de la batería si se le proporciona el mantenimiento adecuado, como ocurre con neumáticos y frenos, las baterías son piezas de desgaste con una vida útil limitada. Por este motivo, la batería debe comprobarse cada vez que se lleve el coche al taller. Muchos talleres ofrecen una revisión de la batería con comprobadores de batería apropiados.

    Curiosidades sobre la potencia, el estado de carga y la vida útil de la batería

    Tras numerosos ciclos de carga y hacia el final de su vida útil, las baterías de arranque convencionales (SLI) tienen una capacidad de apenas un 20 %. Soportando la misma carga, las baterías EFB conservan una capacidad del 50 %. Las baterías AGM más potentes son capaces de resistir cuatro veces los ciclos de carga de las baterías SLI, suministrando todavía el 80 % de su energía. Es conveniente evitar siempre descargar la batería profundamente, ya que esto provoca daños permanentes en las celdas. Si bien es posible «revivir» baterías descargadas profundamente con un cargador adecuado, el daño causado no desaparece.

    En caso de descarga profunda, es esencial recargar la batería de inmediato. Cuanto más tiempo permanezca la batería en estado de descarga profunda, más grave será el daño que sufra.